Tal y como informa el prestigioso medio nacional
"El País", el comité científico de la
Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, del Ministerio de Sanidad, recomienda a embarazadas y menores de seis años que no coman carne de caza. A los adultos les pide que limiten la ingesta a una ración a la semana. Y lo hace para minimizar la exposición al plomo, un metal pesado que se relaciona con dificultades en el desarrollo intelectual y problemas renales.
El informe de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición especifica que
los efectos tóxicos que el plomo (Pb) ejerce sobre el organismo son numerosos y bien conocidos, siendo el SNC (Sistema Nervioso Central) el principal órgano diana para su toxicidad.
Existen claras evidencias que indican una
especial sensibilidad a los efectos neurotóxicos del Pb en niños de corta edad y en el feto. En adultos los efectos cardiovasculares y la nefrotoxicidad se han identificado como efectos críticos.
Recientemente,
la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA)
publicó una opinión sobre la presencia de Pb en alimentos, en la que dentro del grupo de carne, productos cárnicos y despojos destacan los elevados contenidos de Pb detectados en la carne de caza.
Dado que
el Reglamento (CE) Nº 1881/2006
no fija límites máximos de Pb en la carne de caza y que, aunque el consumo de carne de caza silvestre por parte de la población general es bajo, ésta puede ser consumida más frecuentemente por los cazadores y sus familias, la Dirección Ejecutiva de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha solicitado al Comité Científico que evalúe la situación de la eventual presencia de plomo en carne de caza silvestre en España de cara a establecer las medidas de gestión del riesgo apropiadas por parte de la Agencia.
Aunque la información disponible en España respecto al contenido de Pb en carne de caza silvestre y el consumo de dicha carne es incompleta, tras el análisis de los datos disponibles
en España, se ha puesto de manifiesto que el contenido medio de Pb en las piezas de caza mayor y menor supera los ímites máximos establecidos por la Unión Europea para carnes y despojos en general (no hay límites máximos específicos para estos alimentos) y dichos contenidos son similares a los encontrados en el conjunto de Europa y otros países.
El consumo de carne de caza silvestre es un hecho probado en España, si bien es más frecuente en los cazadores y sus familias, no se restringe sólo a la temporada de caza, y tampoco se debe despreciar el consumo en establecimientos de restauración así como el de productos derivados de dicha carne (salchichón, paté, etc.) por parte de la población general.
La evaluación del riesgo asociado al consumo de carne de caza silvestre en España muestra una situación prácticamente idéntica a la descrita por EFSA para el conjunto de la población europea,
no pudiendo descartarse la aparición de efectos negativos en población adulta que siga una dieta rica en carne de caza silvestre.
En cuanto a las medidas de gestión que puedan tomarse respecto a la carne de caza, la fijación de límites específicos para la misma, no parece una solución adecuada debido, en primer lugar, a las grandes diferencias en el contenido en Pb en la carne de caza (incluso dentro de un mismo ejemplar) y en segundo lugar porque el control oficial de dichos alimentos sería poco efectivo, ya que la mayor parte de dicha carne se consume directamente por los cazadores y familiares sin pasar por los canales de distribución habituales para otros alimentos sujetos a regulación.
En opinión de este Comité, a la vista de la situación en España, la medida más adecuada en relación al consumo de carne de caza silvestre contaminada con Pb, como resultado de la utilización de munición de Pb, sería disminuir en lo posible la exposición al Pb por esta fuente, mediante recomendaciones específicas de consumo y preparación de los alimentos dirigidas a los grupos de población que consumen este tipo de carne y promover la sustitución y/o prohibición de la munición de Pb a favor de otras alternativas existentes.
Accede al informe completo a través de este enlace;
AESAN