Un informe de la Universidad de Buenos Aires reveló que casi 4.500 toneladas de residuos de las industrias automotriz y electrónica caen en desuso por mes en el país, lo que genera graves daños a la salud y el medio ambiente.
La universidad advierte que las baterías poseen dos sustancias peligrosas: el electrolito ácido y el plomo. El primero es corrosivo, tiene alto contenido de plomo disuelto y en forma de partículas, y puede causar quemaduras en la piel y en los ojos. En tanto, el plomo es altamente tóxico para la salud humana, ingresa al organismo por ingestión o inhalación y se transporta por la corriente sanguínea acumulándose en todos los órganos, especialmente en los huesos. La disposición inadecuada de las escorias que se generan en la fundición es otra potencial fuente de contaminación de suelo y agua.
Según este informe la exposición prolongada al plomo puede provocar anemia y problemas en el sistema nervioso central, cuyas consecuencias van desde sutiles cambios psicológicos y de comportamiento hasta graves efectos neurológicos, sostuvieron los científicos en su trabajo.
También genera intoxicación a partir de la inhalación. Los primeros síntomas son fatiga, jaqueca, dolores en las articulaciones y los músculos, pérdida de memoria y de apetito, y perturbación del sueño.
Así mismo, la prolongada inhalación de plomo puede provocar desde diarrea, dolores agudos en el abdomen, convulsiones y delirio hasta el estado de coma y fallecimiento. Igualmente, puede perjudicar la formación del feto en las mujeres embarazadas y producir trastornos en los niños, tales como problemas neuropsíquicos.
Ver el artículo completo en infobae.com