EEUU.
Según Semana.com, una economista de Massachusetts relaciona el descenso de la violencia a una menor exposición de los niños al plomo en la gasolina. Jessica Wolpaw Reyes señala que "incluso niveles de bajos a moderados de exposición pueden llevar a problemas de comportamiento, reducción del coeficiente intelectual, hiperactividad y a la delincuencia juvenil. Se puede asociar esa disminución en el plomo entre 1975 y 1985 a un menor registro de crímenes violentos 20 años después".
Hay que recordar que alrededor del 90% de los niños estadounidenses en los años setenta tenía niveles de plomo que hoy serían motivo de preocupación. Su investigación también encontró una relación entre el momento en que las leyes estatales prohibían el plomo y las estadísticas delictivas.
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