9.10.10

400 niños muertos en Nigeria por el plomo y los residuos del aluminio en Hungría

Esta semana han saltado a la prensa internacional dos sucesos muy graves. En Hungría la rotura de una balsa que contenía los residuos tóxicos de una fundición de aluminio ha provocado una de las mayores catástrofes ambientales en Europa sin que por el momento se haya podido detener su avance por el Danubio y ya ha afectado a otros países como Rumanía.
En Nigeria ya son 400 los niños muertos a causa de la intoxicación por plomo, caso del que ya nos habíamos hecho eco en este blog en ocasiones anteriores.

En Albalate no sabemos si alguien se ha parado a reflexionar sobre el modelo de desarrollo por el que se ha apostado, un desarrollo industrial basado en la fundición de baterías usadas consideradas residuos peligrosos para la obtención de lingote de plomo y la fundición de chatarras para la obtención de lingote de aluminio. Todo esto en un pequeño pueblo de Teruel, a escasos dos kilómetros del casco urbano y en un lugar desde donde las emisiones contaminantes de estas actividades industriales se dispersan la mayor parte del año en dirección a éste gracias al viento dominante.
Además debemos tener en cuenta que por estas actividades Albalate del Arzobispo ha pasado a ser el primer municipio de los 700 de Aragón (tras Zaragoza capital) en la generación de residuos peligrosos.

A continuación relacionamos alguno de los enlaces que han recogido estos sucesos:
El vertido del Danubio y los 400 niños muertos en Nigeria
Expertos detectan en Nigeria niveles de contaminación 100 veces por encima de lo permitido.
El plomo envenena a más de 400 niños en Nigeria
Mueren niños por plomo y mercurio en Nigeria
Mueren 400 niños envenenados con plomo

Un vertido tóxico en Hungría acecha al Danubio
La contaminación del vertido de lodo rojo llega al Danubio
La ola tóxica se lo llevó todo
La ola roja nos arrancaba la piel
La población está amenazada mientras no se elimine por completo el lodo. Los componentes mayoritarios son óxidos de hierro, aluminio, silicio, sodio, calcio y titanio, así como trazas de cromo, níquel, plomo, manganeso y la sosa utilizada durante el proceso. Entre las impurezas o trazas que se puedan encontrar -como el cromo o el plomo- podría haber elementos clasificados como tóxicos para la reproducción, cancerígenos, bioacumulativos o con efectos negativos en el medio ambiente acuático, entre otros.
El 'barro rojo' quema la piel y afecta a los ojos.