Estos días se hacen eco los medios de comunicación de un informe de
Confirman que los alimentos más expuestos a los contaminantes son los cereales, las verduras y el agua del grifo.
Si bien es cierto que la cantidad de plomo que contienen es mínima, se incide en que ésta se va acumulando con el paso de los años y puede ser causa de esterilidad, alteraciones renales, problemas gástricos, entre otras cosas. Además, la ingesta de plomo puede causar efectos secundarios en el desarrollo neurológico de los niños.
Estas informaciones reconocen que el polvo, las baterías desechadas, las cañerías… todas son fuentes de contaminación con plomo, al igual que las aguas contaminadas con residuos de industrias. Fundamentalmente los alimentos se contaminan con esta sustancia cuando son regados con agua contaminada.
Así pues, si alimentos cultivados en condiciones normales acumulan pequeñas cantidades de plomo que, a la larga, pueden ser perjudiciales para la salud, ¿qué será de aquellos alimentos que son cultivados en las proximidades de grandes complejos industriales y de fundiciones de plomo o de baterías?Más información en Nutrición.pro
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