8.9.09

FUNDICIONES DE PLOMO EN ARGENTINA

El caso de Abra Pampa.
A finales de los 80 ya se había realizado por el laboratorio central de salud pública argentino un estudio que había detectado la presencia de plomo en sangre de los habitantes de Abra Pampa, localidad de 13.000 habitantes ubicada a 3.400 metros sobre el nivel del mar. Sin embargo, tras las protestas y denuncias de sus pobladores, no es hasta 2007 cuando tras la realización de exhaustivos estudios científicos se descubrió que el 28% de la población supera los 10 microgramos de plomo por decilitro en sangre, superando el nivel máximo establecido por la Organización Mundial de la Salud. El 10% de los adultos presentaron niveles críticos de plomo en sangre, por encima de 30 microgramos por decilitro con riesgo de sufrir discapacidad motora, alteraciones renales y hepáticas. El 81% de los niños entre 5 y 12 años de la población tenían plomo en sangre en niveles superiores a 5 microgramos por decilitro, con riesgo importante de padecer daños en su maduración neurológica.
Esta intoxicación tiene su origen en la cercanía con “Metal Huasi”, una fundición de plomo abandonada desde 1990, pero en la que permaneció desde entonces depositada al aire libre y expuesta al viento una montaña de escorias de plomo de unas 10 mil toneladas.
Las escorias comenzaron a ser trasladadas a finales de 2007. En noviembre de 2008 comenzó la segunda etapa del traslado de residuos de plomo hasta una cava construida en la zona de Mina Aguilar. En Marzo de 2009 cerraron la escuela por causas de la contaminación, pero el plomo sigue allí. Se prevé que finalicen los trabajos en 2011. Pero pese al grave daño ambiental y sanitario ocurrido en Abra Pampa la causa permanece estancada en la Justicia Federal jujeña. Pese a la cantidad de pruebas aportadas sobre esta grave situación, la causa parece haberse “extraviado” en algún despacho judicial de la provincia norteña.

El caso de Coronel Domínguez.
Coronel Domínguez es un pequeño pueblo a 20 kilómetros al sur de Rosario. Era un pueblo tranquilo y sano. Hasta que se decidió instalar una fundición de plomo entre una escuela primaria y la población. Funcionó desde el 2002 bajo el nombre de Domínguez Aleaciones S.A. Según denunciaron los vecinos esa misma industria había sido sacada de otros lugares porque desde sus chimeneas y cañerías emanaba gran cantidad de plomo y ácidos, contaminando el aire, el suelo, el agua y la vida de otras personas. Cuando los vecinos comenzaron a sentirse mal se movilizaron en contra de la fundición. De 60 habitantes que se hicieron análisis 55 presentaron niveles de plomo en sangre entre 8 y 30 microgramos por decilitro.
La lucha vecinal y estos resultados motivaron por parte del Ayuntamiento la clausura de la fundición en febrero de 2008. A pesar de estar clausurada la fundición siguió funcionando con total impunidad, lo que motivó la denuncia de los vecinos ante la fiscalía.

El caso de San Antonio Oeste.
Población patagónica de 13.700 habitantes, donde la empresa Geotécnica fundió los concentrados de plomo extraídos de una mina cercana en una planta situada en pleno casco urbano entre 1963 y mediados de los 80, para la obtención de lingotes. Las escorias resultantes se depositaron en diferentes sectores en los alrededores de la ciudad, a cielo abierto, ocupando una superficie de nueve hectáreas produciendo los mismos efectos que en Abra Pampa. Un estudio realizado en 2006 determinó que un 20% de los chicos de la ciudad superaba los valores de plomo en sangre establecidos por la OMS como aceptables. A pesar de que hace casi dos años que existe un crédito internacional aprobado por poco más de 4 millones de dólares para llevar a cabo la limpieza de la zona contaminada con altos índices de plomo, en junio de 2009 no se había avanzado nada al respecto.