3.10.09

ALBALATE, Nº 1 EN GENERAR RESIDUOS PELIGROSOS EN ARAGÓN.

La fundición de plomo de Albalate del Arzobispo, convierte a Aragón en importador de residuos peligrosos y transforma a este municipio y a la comarca del Bajo Martín en los nº 1 de la producción de residuos peligrosos en nuestra Comunidad.

El consejero de medio ambiente, el regionalista Boné, en contestación a preguntas del diputado de CHA Bizén Fuster, confirmó que la fundición de plomo, RECOBAT SL, sita en Albalate y perteneciente al grupo LYRSA, genera más residuos peligrosos con su actividad industrial que el resto de comarcas aragonesas.

En 2004 todas las actividades industriales de la comarca del Bajo Martín generaban una cantidad de 44 toneladas de residuos peligrosos, lo que la colocaban en el puesto 28º de las 33 comarcas aragonesas.

En 2007 y tras un año de funcionamiento de la fundición de plomo en Albalate del Arzobispo, sólo RECOBAT ha generado 5.818 toneladas de residuos peligrosos, principalmente escorias contaminadas resultantes del proceso de fundir miles de toneladas de baterías usadas, consideradas igualmente residuos peligrosos por la normativa europea.

Estas cifras colocan a Albalate y a la Comarca del Bajo Martín en el primer municipio y comarca de Aragón en generación de residuos peligrosos tras la delimitación comarcal de Zaragoza que engloba la mayor parte del tejido industrial aragonés. Superando incluso a la producción de todas las empresas de las comarcas de Monzón y Sabiñánigo juntas que apenas rebasan las 3.500 toneladas anuales.

De este modo se confirma la advertencia de nuestra asociación, que aglutina la oposición vecinal a este proyecto, respecto al modelo de desarrollo que representa para una pequeña localidad turolense la valorización de residuos peligrosos (fundición de baterías de plomo) y las afecciones que para la salud de los albalatinos/as pueden conllevar las emisiones de fundir plomo de esta empresa, localizada relativamente próxima al casco urbano, y que previamente había sido rechazada por los consistorios de otros municipios próximos como Belchite.

De este modo se confirma que la autorización que el grupo vitoriano LYRSA obtuvo del Gobierno de Aragón par instalar en Albalate la fundición de plomo (RECOBAT.SL) vulneró los principios del Plan de Gestión Integral de Residuos de Aragón (PGIRA) ya que esta empresa tiene permiso para fundir hasta 41.000 toneladas anuales de baterías usadas en su planta de Albalate, cuando en toda la comarca del Bajo Martín se generaron en el año 2007 tan sólo doce toneladas.

De los datos ofrecidos por medio ambiente en su página web se puede comprobar que durante 2007 Aragón generó tan solo 5.600 toneladas de baterías usadas y sin embargo importó 22.324 toneladas de estos residuos peligrosos, es decir, cuatro veces lo generado, principalmente procedentes de;
Cataluña con 4227 toneladas.
Madrid con 3463 toneladas.
País Vasco con 2196 toneladas.
Valencia con 2048 toneladas.
Canarias con 1521 toneladas.
Andalucía con 1350 toneladas.
Galicia con 804 toneladas.
Navarra con 687 toneladas.
La Rioja con 359 toneladas.
Castilla La Mancha con 350 toneladas
Asturias con 337 toneladas.
Cantabria con 317 toneladas.
Extremadura con 57 toneladas.

Estas comunidades, de las que se han importado baterías usadas, carecen de fundiciones de plomo, ya que, a parte de la de Albalate del Arzobispo, tan sólo existen otras tres en todo el territorio del Estado español;

1ª.-Una planta de Tudor, que pertenece al grupo de empresas de Exide Technologies, líder mundial del sector, entidad con sede central en Atlanta (EEUU) localizada en San Esteban de Gormaz (Soria).

2ª.- MEMESA, localizada en Medina del Campo (Valladolid).

3ª.- Azor Ambiental, en Espinardo (Murcia).

A pesar de ello, Aragón también ha importado 2570 toneladas de baterías usadas de Murcia y 2024 toneladas de Castilla y León.

La fundición de baterías usadas en Albalate supone liberar de un problema de gestión de residuos peligrosos al resto de comunidades, sobre todo a las que más generan como Cataluña, Madrid, País Vasco y Valencia, ya que nos hacemos cargo de sus residuos, los valorizamos generando en ese proceso más residuos peligrosos en forma de escorias contaminadas, emisiones a la atmósfera que respiramos los que vivimos en las proximidades y les devolvemos a sus centros de producción el plomo refinado como materia prima para la fabricación de bienes de consumo, donde generarán riqueza y empleo.